miércoles, 20 de julio de 2016

Sexismo capitalista

Buenos días queridos lectores. Después de mes y medio sin aparecer por aquí, os traigo un nuevo tema del que hablar. Espero que disculpéis mi ausencia, intentaré estar más pendiente del blog y no tardar tanto en escribir, de verdad.
Podéis intuir perfectamente de qué voy a hablar tan solo con leer el título. Es un tema que está muy presente a diario en nuestras vidas. Desde hace muchísimo tiempo, las empresas y otros aspectos de la sociedad quieren distinguir al hombre de la mujer de muchas formas. Si es verdad que ambos sexos tienen ciertas diferencias, generalmente físicas e incluso psíquicas. Pero la diferenciación que hacen tanto las empresas como la sociedad en general es demasiado exagerada. Empecemos por lo básico, juguetes para niños y juguetes para niñas. Bien, los juguetes para niños suelen ser de color azul, y generalmente coches de carreras, superheroes y armas como espadas o pistolas de plástico. Los juguetes para niñas, por el contrario, suelen ser de color rosa, princesas, muñecos y utensilios de cocina. Y ahora yo me pregunto, ¿por qué? Hay que dejar una cosa muy clara, son niños. Si les enseñas desde pequeños que hay cosas de niños y cosas de niñas lo único que conseguirás será que cuando sean mayores tengan un concepto equivocado del sexo opuesto. ¿Por qué no podéis comprarle un coche de carreras a vuestra hija? ¿Y utensilios de cocina a vuestro hijo? ¿O por qué tiene que ser todo rosa y azul? ¿No puede haber juguetes de niña y de niño verdes, naranjas o morados? Podría seguir quejándome de lo sexista y machista que es el consumo de juguetes, pero hay más cosas de las que me gustaría hablar también. Porque este sexismo no solo genera machismo, también genera homofobia. ¿Cómo? Pues muy fácil. Los niños que utilicen o hagan cosas que supuestamente están predestinadas para niñas son discriminados y tachados de "maricas", entre otras cosas. Y si una niña tiene actitudes que la sociedad entiende como masculinas, es una "lesbiana". Yo sé que muchos de vosotros leeréis esto y pensaréis "menuda tontería, ¿quién va a pensar eso?". Pues desgraciadamente muchas personas lo piensan, y no solo eso, si no que discriminan a esas personas por no seguir un patrón sexista impuesto por esta sociedad capitalista.
Pero esta distinción de géneros no está presente solo en infantes y adolescentes, y podría poneros innumerables ejemplos. Si un hombre y una mujer van juntos a un bar, y piden una cerveza y un refresco, en la mayoría de los casos le darán la cerveza al hombre y el refresco a la mujer sin si quiera preguntar. Y esto es algo que le ha pasado a mucha gente. ¿A caso una mujer no puede tomar cerveza? Es algo tan absurdo que mucha gente lo pasa por alto, pero son pequeños signos de lo machista y sexista que es nuestra sociedad. Y por último, no podía obviar esta parte, está la televisión. Desde hace unos años se ha incrementado notablemente la cantidad de canales que podemos ver en la televisión, cada uno a veces destinado a cosas distintas. Pues bien, en la televisión de España hay dos canales que me llaman mucho la atención, Energy y Divinity. El primero es un canal destinado a los hombres y el segundo a las mujeres. Según estos canales, a los hombres les gustan los programas de subastas, de coches, de animales salvajes... Y series de acción y lucha. Mientras que a las mujeres les gustan programas de decoración de casas, vestidos de novia, moda, cotilleo... Y series de amor y drama. La verdad es que no sé qué decir, me parece algo tan absurdo pensar que todos los hombres y todas las mujeres tienen los mismo gustos... Que es verdad que a muchos hombres le gusta esas cosas y a muchas mujeres también les gusta lo otro. Pero no a todos les gusta lo mismo, eso tiene que quedar muy claro. Cada persona tiene sus gustos, por eso odio que se separe tanto el concepto de lo que le gusta a un hombre y lo que le gusta a una mujer. Independientemente de tu sexo, tienes unos gustos y preferencias, y nada ni nadie debería decirte que lo que te gusta es exclusivo de un sexo u otro.
Podría haber sacado muchos más temas y haber puesto muchísimos más ejemplos, pero no acabaría nunca. Lo que quiero es que tengáis claro que lo que sois no debe influir en lo que os gusta, que sois libres de elegir y que jamás juzguéis a alguien por hacer algo que, según la sociedad, es típico del sexo opuesto. Espero que lo tengáis en cuenta a menudo y luchéis contra este sexismo capitalista que nos impone la sociedad.