jueves, 25 de junio de 2015

A quien no le guste, que no mire

"Soy feo, estoy gordo, me odio a mí mismo, no le gusto a nadie, no tengo pareja, doy asco". No es agradable escuchar esto, y mucho menos pensarlo de ti mismo. Lo curioso es, que seguramente nadie pensaría esas cosas de sí mismo si a nadie le importaran. Pero, ya lo sabéis, vivimos en una sociedad en la que uno de los temas principales de conversación son las críticas, y la mayoría sobre el aspecto físico de las personas, especialmente en los adolescentes. He oído y visto cosas que de verdad, me impresionan bastante. No tenía la menor idea de cuánto afecta algo así a muchísimas personas. Me repugna que por culpa de cosas así existan enfermedades como la anorexia, que mucha gente pasa por alto en algunos casos, pero que son muy graves, y la inmensa mayoría de personas que la padecen es por culpa de gente que no tiene otra cosa mejor que hacer que criticar a los demás por su aspecto físico (como si ellos fuesen Adonis). Sinceramente, no me hacen ni pizca de gracia este tipo de cosas. Pero hoy no vengo para "manifestarme" y acabar con la gente que insulta, prefiero tomar el camino fácil.
Aquí es donde entráis vosotros. No vengo a convencer a los imbéciles de que dejen de atacar a los demás (eso sería una pérdida de tiempo), vengo a convenceros a vosotros de que dejéis de darles importancia. Los acosadores se alimentan del sufrimiento de la gente acosada. No dejéis que esto ocurra, no les deis la satisfacción de haceros sentir mal. Si te llaman gordo que te lo llamen, si te llaman feo pues igual, no os tiene que importar que os insulte gente que realmente no significa nada para vosotros. ¿De verdad vais a dejar que los nefastos comentarios de un par de personas ajenas a vuestra vida y sin nada mejor que hacer que criticar por criticar, os hagan daño? A fin de cuentas, lo que quieren es veros mal, y lo harán igualmente. No les deis la satisfacción de dejar que os importe.
Para gustos los colores, seguramente le gustes a mucha gente por ser como eres, no intentes cambiar porque cuatro imbéciles te digan que eres horrible. Si no le gustas a alguien tal y como eres, no es que debas cambiar, es que esa persona no merece la pena. No intentes hacer amigos cambiando tu aspecto físico, porque a una persona que valga la pena no le entras por los ojos. Sé tú mismo, eres libre de ser como eres sin importar nada ni nadie. Y a quien no le guste, que no mire. 

viernes, 5 de junio de 2015

El teorema de la bicicleta

Os preguntaréis a qué viene el título, pues bien, ahora os explico. La vida, a lo largo de estos últimos años, me ha enseñado varias cosas importantes, lecciones que nunca olvidaré (aunque a veces no las tengo muy en cuenta cuando estoy mal). Y una de ellas es el teorema de la bicicleta. En realidad este teorema no existe, lo he bautizado yo así. ¿Por qué? Pues básicamente por esto:
Vosotros, espero que la mayoría, sabréis andar en bicicleta. ¿Os acordáis de cómo aprendisteis? No fue fácil, ¿verdad? Os caíais, una y otra vez, pero os volvíais a levantar para seguir intentándolo, hasta que al final lo conseguisteis. Ese es el teorema de la bicicleta. Es bastante fácil de asociar a lo que nos pasa diariamente. De hecho, suele ser la metáfora más utilizada para definir lo que es la vida. No os estoy contando nada nuevo, pues seguro que todos o la gran mayoría de vosotros ha usado este ejemplo alguna vez o simplemente ha pensado en ello. Sólo quería hacer hincapié en él para que las personas bajas de ánimos o con autoestimas muy alteradas (como yo) os deis cuenta de que, puede que estéis mal muchas veces, y que penséis que nunca saldréis de ese agujero, pero simplemente es una etapa de aprendizaje. Una etapa que se hace muy dura a veces, y en la que se cae a lo largo de toda la vida varias veces, pues uno deja de aprender algo de la vida cuando ya es un cadáver, hasta entonces, siempre aprendemos, estamos en una línea constante de aprendizaje. Pero, al fin y al cabo, cuando estamos mal es porque la vida nos dice:
"Eh, mira por lo que estás pasando, mira lo que hay, lo que eres. Has intentado hacer lo que más querías y has fracasado. Es normal, las cosas que merecen la pena no se consiguen tan fácilmente. Así que no te preocupes, que ahora estás mal, pero es por una buena causa. Pase lo que pase, nunca te rindas, lucha hasta el final."
Si algo he aprendido del teorema de la bicicleta, es que las cosas que más esfuerzo requieren son las que contienen la mayor recompensa. Que siempre habrá dolor, pero que si no te rindes poco a poco ese dolor se convertirá en algo mucho más valioso, éxito, y toda la felicidad que eso conlleva. Que si te propones algo le tienes que poner todo el empeño que puedas y más para conseguirlo, por mucho que duela o te cueste.
Por último, quiero que siempre tengáis muy presente esta hermosa frase del gran Mahatma Gandhi:
"La felicidad está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no la victoria misma."