Hoy, queridos lectores, es un día triste para todo el mundo, en especial para Francia, y más aún para su capital. Los acontecimientos acaecidos anoche en París no tienen nombre. Ha sido, sin duda, una auténtica masacre. No tenía pensado publicar nada hasta la próxima semana, pero la noticia me ha impactado bastante. Es algo que me supera, nos supera a todos.
En estos terribles momentos, es cuando nos damos cuenta de que a pesar de nuestra procedencia, nuestras creencias religiosas o nuestros ideales políticos, no somos tan diferentes. Y es por ello que debemos estar unidos, sin importar nuestra nacionalidad o nuestra religión, sin diferenciaciones, porque tenemos algo en común, y es que todos somos humanos.
Sin embargo, este no es el primer atentado, ni la tragedia más desastrosa. Con esto quiero decir, que cientos de personas mueren diariamente asesinadas, y que hay países hoy día que siguen en guerra. Obviamente esto no quita importancia a la tragedia parisina, pero también deberíamos tenerlo en cuenta.
Hoy es un día triste sí, y creo que todos estamos de acuerdo en que no queremos que algo semejante vuelva a suceder. Por eso quiero transmitir un mensaje de paz a todo el mundo, y recordar que con la guerra no se va a ninguna parte. Que las desigualdades e injusticias no se solucionan así, y que los atentados sólo empeoran la situación, acabando con la vida de gente inocente. Gente con sueños, metas, familia... Y ahora no queda más que su recuerdo. Hoy pido un minuto de silencio, no sólo por las víctimas de los atentados en París, sino por todas las personas inocentes que han muerto por atentados similares, durante todos estos años en todas las partes del mundo. Para honrar su memoria, debemos ser más fuertes, unir nuestros corazones y hacer todo lo posible para acabar con esto. Para que vean, allá donde estén, que no murieron en vano. Hoy va por ellos.