miércoles, 19 de diciembre de 2018

No compres: Adopta


Buenos días queridas lectoras y lectores. Se acercan fechas navideñas, unas fiestas en las que aumentan notablemente la compra de regalos a familiares y amigos. Pero desgraciadamente hay muchas personas que no saben diferenciar un regalo de algo que es mucho más que un capricho. Hablo de esos nuevos miembros familiares, perros y gatos mayoritariamente. Mucha gente considera una mascota como un buen regalo en estas fiestas, a veces sin llegar a pensar en lo que ello puede suponer para esos animales, ajenos a todo. Hay dos motivos principales por los que esta práctica muchas veces me parece una mala idea para los animales, aunque afortunadamente no siempre.
Uno de ellos es la compra frente a la adopción, algo bastante común para la gente que trata a los animales como mera mercancía. Personalmente estoy totalmente en contra de la compraventa de seres vivos. Hay personas egoístas que piensan en los perros y gatos como un capricho, y quieren comprarlos a la carta, de raza a ser posible. Es un acto que me repugna, pues en absoluto piensan en el bienestar de ese animal, que tiempo después es probable que sea abandonado, como cualquier capricho humano. También hay que destacar la gran labor de las protectoras de animales, que desgraciadamente están desbordadas por culpa del alarmante número de abandonos de animales en los últimos años. Por eso me parece tan importante luchar contra la compra de animales, existiendo tantos indefensos en protectoras que solo quieren un hogar y una familia.
El otro motivo es, como he mencionado anteriormente, el abandono. El simple hecho de tratar a un animal como si fuese cualquier otro regalo de navidad es ya en sí un acto que le quita importancia al bienestar de este. Lo más triste por desgracia es cuando a muchas personas les deja de gustar ese animal una vez que ha crecido, o se dan cuenta de que mantenerle conlleva más responsabilidad de la que esperaban, y sin ningún escrúpulo lo abandonan. Para mí, y para mucha más gente, un perro o gato es prácticamente como un hijo, y por eso me parece un acto muy cruel y deleznable abandonarlos a su suerte por pura comodidad. Es decir, que hay gente que, en vez de adoptar perros y gatos de protectoras de animales, los compran en “tiendas”, y a veces después de un tiempo les abandonan, y van a parar (si no mueren) a esas protectoras. Con lo cual las protectoras cada vez están más desbordadas y no pueden afrontar los gastos que conlleva mantener a todos esos pobres animales.
En definitiva, tanto si es por estas fechas, como en cualquier época del año, hay que tener claro que los animales no son tan distintos a nosotros. Necesitan cuidados, cariño y respeto, y tenemos que tener muy claro que queremos y podemos cuidarlos a la hora de adoptarlos, para darles un hogar en condiciones.  Por eso me parece fundamental apoyar y defender la adopción por encima de todo, y acabar con esas tiendas de animales que lo único que consiguen es hacerles daño. Cuídalos, quiérelos.


miércoles, 5 de diciembre de 2018

Muertos de hambre


Buenos días queridas lectoras y lectores. Hoy voy a hablaros de un tema que me parece muy importante, sobre todo para estudiantes de educación secundaria, y sus respectivas familias. Con educación secundaria nos referimos, principalmente en España, a los cuatro cursos de la ESO y los dos de Bachillerato o bien ciclo formativo de grado medio. Si el sistema no ha cambiado mucho, al empezar cuarto de la ESO (es decir, teniendo una edad aproximada entre 15 y 17 años) la población estudiantil se verá obligada a tomar una decisión que a veces puede resultar difícil a esa edad. Deberán elegir asignaturas acordes a sus gustos o su visión de futuro, es decir, lo que se conoce como “ciencias o letras”. Dentro de esta generalización podemos encontrar diferentes ramas, como ciencias de la salud, ciencias tecnológicas, ciencias sociales, humanidades y artes, entre otras.
Ahora bien, esta decisión muchas veces está condicionada por las madres y padres de los estudiantes. Varios estudios socioculturales han demostrado que en España se tiende a infravalorar las ramas educativas de humanidades y artes, ensalzando así las ciencias de la salud y ciencias tecnológicas. También hay que tener en cuenta aquellas familias en las que se pretende crear una reproducción social, es decir, que los hijos estudien las mismas cosas que los padres. Si tu madre es abogada, seguramente te incite a estudiar derecho, aunque esto no ocurra siempre. Si además tenemos en cuenta la temprana edad a la que estos estudiantes se ven obligados a tomar decisiones complicadas de cara al futuro, podemos intuir que estarán más expuestos a una posible influencia familiar, dejándose aconsejar, en algunos casos incluso extorsionar, por sus progenitores.
Seguramente habréis oído varias veces frases como “si estudias esto serás un muerto de hambre” o “este tipo de estudios no tienen muchas salidas laborales”. Es aquí donde reside la razón por la que he decidido hablar de esto. Soy consciente de que el sistema educativo no es muy bueno, y que nos hace elegir cosas que seguramente en ese momento no tenemos muy claras. Pero hay mucha gente que, incluso teniendo las ideas claras, se ve obligada a estudiar cosas que no le gustan, simplemente por el hecho de que a su familia le parece “mejor”, y no ve futuro en sus ambiciones. Espero que en este momento algún padre o madre esté leyendo esto, porque este mensaje va dirigido para ti. Puedes aconsejar a tus hijos sobre los estudios, exponerles ideas u opciones, pero jamás permitas que tus “visiones de futuro” destrocen sus sueños. Si tu hija quiere ser abogada, o tu hijo trompetista, si quieren estudiar bellas artes, o filosofía, apóyales. Tal vez con el tiempo cambien de opinión, o tal vez no. Pero si alguna vez cometen un error respecto a su futuro, que nunca sea por no haberles dejado intentarlo.
Y a vosotras y vosotros, estudiantes, espero que seáis y os sintáis siempre libres de poder elegir vuestros estudios, o de simplemente elegir trabajar porque los estudios no son lo vuestro. Pero que nadie os impida jamás adueñaros de vuestro propio futuro.