miércoles, 7 de noviembre de 2018

Libertad de expresión 2.0


Buenos días queridas lectoras y lectores. Últimamente estoy muy atareado con cosas relacionadas con los estudios y mi vida personal, así que decidí hacer una encuesta con dos temas interesantes para que fuese la gente que me lee, quien decidiese el tema sobre el que hablaría hoy. Pero no os preocupéis que, aunque haya ganado esta opción, sobre la otra también me gustaría hablar más adelante. La gente que siga mi blog desde hace tiempo sabrá que ya hablé sobre este tema hace poco más de un año, pero he decidido volver a escribir sobre ello, con una opinión más actual, más renovada, pues como dije y reitero mil veces en la publicación de madurar, hay que evolucionar, reinventarse, y esto conlleva muchas veces a un cambio de opinión respecto a muchas cosas a medida que aprendes y vives nuevas situaciones y experiencias. Dicho esto, empecemos. 
Este tema en concreto me llamaba mucho la atención desde hace tiempo, sobre todo por las ridículas situaciones por las que pasa España últimamente. Así que lo que haré será explicar primero lo que es para mí la libertad de expresión (muy subjetiva, por cierto), y después analizar un poco algunas situaciones, tanto absurdas como realmente problemáticas, desencadenadas por la libre interpretación de este término.
Para mí la libertad de expresión es básicamente poner en práctica el término, es decir, tener libertad para poder expresarte. Algo muy simple y básico, pero con ciertos matices. Por ejemplo, esta libertad tiene ciertos límites, como la agresión física hacia otra persona, con el argumento de que “te estás expresando”. Creo que hasta aquí todo el mundo lo tiene claro, y la mayor parte de la gente coincide conmigo. El problema se plantea cuando utilizamos la frase “tu libertad termina donde empieza la de los demás”. Lo que queremos decir con eso es que eres libre de expresarte, pero no si ofendes en cierto modo al resto de personas. Y es aquí donde comienzan los problemas. Si bien hay personas que se ofenden por cosas razonables como agresiones directas tanto físicas como verbales, discriminaciones serias por sexo, raza u otros motivos, etcétera, hay otras que en cambio aprovechan la controversia que existe sobre la libertad de expresión, para quejarse de cosas que, objetivamente son absurdas.
Llegamos entonces a un punto en el que la libertad de expresión está tan delimitada que prácticamente no existe. Y esto lo que supone es una involución, es decir, volver hacia atrás en lo que a derechos y libertades se refiere, porque costó sangre, sudor y lágrimas tener esta libertad de expresión, tan dañada hoy día. No podemos tomarnos la justicia por nuestra mano y decidir individualmente qué está bien y qué mal, porque esto sería el caos. Lo que sí podemos hacer es partir de una base, en la que la libertad de expresión sea real e igual para todo el mundo. Porque algo que tampoco podemos tolerar es que un político, o una representación de la bandera, tengan más dignidad judicial que las propias personas, por el simple hecho de lo que “representan”.
Dicho todo esto, solo me queda llegar a una serie de conclusiones. Si no podemos controlar absolutamente todo lo que se hace bajo esa libertad de expresión, y tampoco podemos eliminar la propia libertad que tanto sacrificio costó conseguir, ¿qué hacemos? Bueno, yo propongo que cada quién siga con su vida, y que se respete la libertad de expresión de todo el mundo, en cualquier ámbito legal. Es decir, una persona, nos guste o no, es libre de expresarse, incluso si haciéndolo nos está insultando, pero es libre de ejercer su derecho a expresarse, aunque sepa que lo que está haciendo está mal. Con esto no defiendo la violencia, ni los insultos, ni la discriminación de ningún tipo, obviamente hay que ser consciente de que una expresión de ese tipo está mal. Lo único que digo es que no podemos censurar absolutamente todo lo que no nos guste, y que la gente tiene una libertad que nadie le puede quitar.
Quizá no estéis de acuerdo conmigo llegando a esta conclusión, pero solo estoy ejerciendo mi derecho a expresarme y que veáis mi punto de vista. Tampoco espero que penséis igual que yo. Simplemente que entendáis que la libertad está por encima de nuestras diferencias, y que no debemos echar a perder un derecho tan esencial solamente por un montón de disputas absurdas. Espero que os haya hecho reflexionar, siempre desde el respeto.


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