miércoles, 5 de diciembre de 2018

Muertos de hambre


Buenos días queridas lectoras y lectores. Hoy voy a hablaros de un tema que me parece muy importante, sobre todo para estudiantes de educación secundaria, y sus respectivas familias. Con educación secundaria nos referimos, principalmente en España, a los cuatro cursos de la ESO y los dos de Bachillerato o bien ciclo formativo de grado medio. Si el sistema no ha cambiado mucho, al empezar cuarto de la ESO (es decir, teniendo una edad aproximada entre 15 y 17 años) la población estudiantil se verá obligada a tomar una decisión que a veces puede resultar difícil a esa edad. Deberán elegir asignaturas acordes a sus gustos o su visión de futuro, es decir, lo que se conoce como “ciencias o letras”. Dentro de esta generalización podemos encontrar diferentes ramas, como ciencias de la salud, ciencias tecnológicas, ciencias sociales, humanidades y artes, entre otras.
Ahora bien, esta decisión muchas veces está condicionada por las madres y padres de los estudiantes. Varios estudios socioculturales han demostrado que en España se tiende a infravalorar las ramas educativas de humanidades y artes, ensalzando así las ciencias de la salud y ciencias tecnológicas. También hay que tener en cuenta aquellas familias en las que se pretende crear una reproducción social, es decir, que los hijos estudien las mismas cosas que los padres. Si tu madre es abogada, seguramente te incite a estudiar derecho, aunque esto no ocurra siempre. Si además tenemos en cuenta la temprana edad a la que estos estudiantes se ven obligados a tomar decisiones complicadas de cara al futuro, podemos intuir que estarán más expuestos a una posible influencia familiar, dejándose aconsejar, en algunos casos incluso extorsionar, por sus progenitores.
Seguramente habréis oído varias veces frases como “si estudias esto serás un muerto de hambre” o “este tipo de estudios no tienen muchas salidas laborales”. Es aquí donde reside la razón por la que he decidido hablar de esto. Soy consciente de que el sistema educativo no es muy bueno, y que nos hace elegir cosas que seguramente en ese momento no tenemos muy claras. Pero hay mucha gente que, incluso teniendo las ideas claras, se ve obligada a estudiar cosas que no le gustan, simplemente por el hecho de que a su familia le parece “mejor”, y no ve futuro en sus ambiciones. Espero que en este momento algún padre o madre esté leyendo esto, porque este mensaje va dirigido para ti. Puedes aconsejar a tus hijos sobre los estudios, exponerles ideas u opciones, pero jamás permitas que tus “visiones de futuro” destrocen sus sueños. Si tu hija quiere ser abogada, o tu hijo trompetista, si quieren estudiar bellas artes, o filosofía, apóyales. Tal vez con el tiempo cambien de opinión, o tal vez no. Pero si alguna vez cometen un error respecto a su futuro, que nunca sea por no haberles dejado intentarlo.
Y a vosotras y vosotros, estudiantes, espero que seáis y os sintáis siempre libres de poder elegir vuestros estudios, o de simplemente elegir trabajar porque los estudios no son lo vuestro. Pero que nadie os impida jamás adueñaros de vuestro propio futuro.  


1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Los padres siempre te dicen que quieren lo mejor para sus hijos, pero si ese hijo no quiere eso? Mejor dejarlo libre, haciendo el bien.

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