Buenos días queridas lectoras y lectores. Hoy seré simple y breve. No vengo a hablar de política, ni de temas actuales, ni nada por el estilo. Hoy haré hincapié en el título del blog, es decir, el diario de este loco adolescente. Sí, aunque le importe a relativamente poca gente, hoy quiero hablar de ciertos cambios que, o bien están ocurriendo, o lo harán en un periodo de tiempo breve, en mi vida.
Bien, por donde empezar. Como la mayoría de personas que me conoce sabe, llevo un par de meses muy agobiado, debido a los exámenes finales de segundo de bachillerato (último curso de instituto), y el examen de acceso a la universidad. Que vale, la carrera que tengo pensado hacer no pide una nota muy alta, pero aún así la presión continua que nos meten día a día es muy exagerada. También influyen otras cosas en mi estado de ánimo, como el miedo de mudarme a una ciudad relativamente lejos de mi familia (300 kilómetros), empezar la universidad sin conocer a nadie y sin si quiera saber dónde me estoy metiendo. Obviamente no debo sentirme mal por ello, pues el hecho de mudarme a estudiar a otra ciudad es decisión mía, no he sido obligado ni coaccionado por ninguna otra persona. Y aquí es donde quería yo llegar, pues no todos los cambios son malos. Si es cierto que me va a costar alejarme de muchos seres queridos, verles menos y sobre todo, acostumbrarme a vivir sin mi familia a diario. Pero llevo años esperando una oportunidad así, este cambio para alejarme no solo de un lugar, si no también de ciertos recuerdos, cerrar una etapa nefasta de mi vida que, no quiero engañar a nadie, no he superado del todo. Sí, estoy hablando de la depresión. Obviamente no tengo los mismos síntomas de depresión que hace un par de años, pero llevo varios meses intentando engañarme a mi mismo diciendo que estaba bien, cuando en realidad necesitaba ayuda. Y he sido un idiota al no pedirla, negando a mucha gente que la necesitaba. Os podrá parecer extraño, pero estoy completamente seguro de que parte de ese sentimiento, ese malestar, tiene que ver con la vida que llevo en este pueblo. Ya hablé de ello en la anterior publicación, ser tan diferente en un lugar tan pequeño y apartado, limita bastante tu forma de vida. Aunque hay otros factores que también influyen, que no contaré, pues hay ciertos temas que es mejor dejarlos para la intimidad. En a penas mes y medio me graduaré, intentaré con todas mis fuerzas entrar en la universidad, y mi vida habrá cambiado sin apenas darme cuenta. No os voy a mentir, tengo una mezcla entre miedo y nervios que no quepo en mí, pero por otra parte estoy muy ilusionado y emocionado. Si es verdad que no se debe temer a los cambios, aunque no puedo evitar sentirme así. Tal vez parezca la misma persona, pero tengo el presentimiento de que este cambio tan brusco cambiará algo en mi, para mejor espero. Tengo mucho futuro por delante, muchos proyectos por comenzar, y ahora puedo decir con certeza que a Abel Vergara no le parará nadie.

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