Buenos días queridas
lectoras y lectores. Os preguntaréis por qué hay una publicación hoy, si no
estaba prevista en el calendario. Pues bien, como habréis adivinado por el
título, precisamente hoy, hace cinco años, comenzó todo esto. No puedo evitar
emocionarme, pues han sido infinidad de cosas las que me han pasado en todo
este tiempo.
Recuerdo vagamente aquel
dieciocho de marzo de 2014, un pequeño día soleado en un inmenso mar de nubes
grises que era mi mente. En aquella época aún seguía yendo a terapia con mi
primera psicóloga, una mujer que arrojó esperanza a mi vida, aunque no durase
mucho tiempo. Le había contado que me gustaba mucho escribir, tal vez era una
de las pocas cosas que me animaba a seguir adelante. Entonces un día surgió la
idea de expresarme libremente mediante la escritura, desahogarme a través
aquello que más disfrutaba haciendo, a fin de sacar a los monstruos que
inyectaron aquella maldita enfermedad en mi cabeza. Fue entonces, el último martes de aquel
invierno, a las 21:11, cuando un acto tan simple como escribir un párrafo en un
blog, me cambió la vida.
Las primeras semanas
escribí sobre cosas tan cotidianas como la música, el instituto, la comida, o
la infancia. No faltó una reflexión sobre “salir del armario”, y todo lo que
supuso para mi aquel acto. Hablé de mis amigas, mi visión del mundo, compartí
algunos relatos y critiqué aspectos sociales que consideraba importantes.
Pasaban los meses, y el blog iba creciendo, a la par que el loco adolescente
que le dio vida. No faltaron reflexiones, debates, e incluso breves entrevistas
para reflejar a través de ojos ajenos realidades cada vez más impactantes. Le
confié a este proyecto mi visión sobre decenas de cuestiones, hasta que llegó
el momento de entregarle mi propia vida, semillas que sembraría temeroso,
confiando que tiempo después sería capaz de recoger los frutos de esa libertad
que tanto ansiaba.
Después de varios años
documentándome acerca de ciertos temas que luego trataba en el blog, decidí
desnudarme en palabras, y mostrarle al mundo quién soy, cuál era mi historia.
No fue una tarea fácil, sacar del cajón sentimientos que me prometí no
desenterrar nunca. Pero aquellos sentimientos, como pájaros enjaulados,
simplemente ansiaban volar libres, sin tabúes que cortasen sus alas, sin
cajones que encerrasen sus secretos. Fue una tarea arriesgada, y en ocasiones
estuve a punto de tirar la toalla, pero se lo debía a mis seres queridos, me lo
debía a mí. Desgarré mi alma, reviví historias que estuvieron a punto de acabar
con mi vida, pero no tenía alternativa, pues las malas hierbas hay que
cortarlas de raíz. Y fue entonces, después de trece largos meses recordando y
contando mi historia, mi razón de ser, cuando me sentí verdaderamente aliviado.
No puedo hacer una
publicación especial y dejarme en el tintero a aquellas personas que han
conseguido mantener la ilusión de este loco adolescente. Es verdad que, a lo
largo de todo este tiempo, hay personas que solo han estado de paso, y aunque
ya no estén, han aportado su granito de arena. Pero también hay personas que
siguen a mi lado, apoyándome cada día, haciendo posible que algo tan simple
como la escritura, se convierta en mi forma de expresión favorita.
Actualmente sigo
documentándome, escribiendo reflexiones, compartiendo relatos, y haciendo
críticas constructivas sobre temas de cierta importancia en la sociedad. Parece
que nada ha cambiado, pero la mochila que llevo a mis espaldas pesa ya cinco
años, y creo que tiene intención de coger más peso durante mucho tiempo. Me
temo que tendréis loco adolescente para rato, y es él el primero que se alegra
de ello, pues he comprendido que él no sería nada sin mí, y yo no sería nada
sin él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario