lunes, 18 de marzo de 2019

¡Feliz 5º aniversario!

Buenos días queridas lectoras y lectores. Os preguntaréis por qué hay una publicación hoy, si no estaba prevista en el calendario. Pues bien, como habréis adivinado por el título, precisamente hoy, hace cinco años, comenzó todo esto. No puedo evitar emocionarme, pues han sido infinidad de cosas las que me han pasado en todo este tiempo. 
Recuerdo vagamente aquel dieciocho de marzo de 2014, un pequeño día soleado en un inmenso mar de nubes grises que era mi mente. En aquella época aún seguía yendo a terapia con mi primera psicóloga, una mujer que arrojó esperanza a mi vida, aunque no durase mucho tiempo. Le había contado que me gustaba mucho escribir, tal vez era una de las pocas cosas que me animaba a seguir adelante. Entonces un día surgió la idea de expresarme libremente mediante la escritura, desahogarme a través aquello que más disfrutaba haciendo, a fin de sacar a los monstruos que inyectaron aquella maldita enfermedad en mi cabeza.  Fue entonces, el último martes de aquel invierno, a las 21:11, cuando un acto tan simple como escribir un párrafo en un blog, me cambió la vida.
Las primeras semanas escribí sobre cosas tan cotidianas como la música, el instituto, la comida, o la infancia. No faltó una reflexión sobre “salir del armario”, y todo lo que supuso para mi aquel acto. Hablé de mis amigas, mi visión del mundo, compartí algunos relatos y critiqué aspectos sociales que consideraba importantes. Pasaban los meses, y el blog iba creciendo, a la par que el loco adolescente que le dio vida. No faltaron reflexiones, debates, e incluso breves entrevistas para reflejar a través de ojos ajenos realidades cada vez más impactantes. Le confié a este proyecto mi visión sobre decenas de cuestiones, hasta que llegó el momento de entregarle mi propia vida, semillas que sembraría temeroso, confiando que tiempo después sería capaz de recoger los frutos de esa libertad que tanto ansiaba.
Después de varios años documentándome acerca de ciertos temas que luego trataba en el blog, decidí desnudarme en palabras, y mostrarle al mundo quién soy, cuál era mi historia. No fue una tarea fácil, sacar del cajón sentimientos que me prometí no desenterrar nunca. Pero aquellos sentimientos, como pájaros enjaulados, simplemente ansiaban volar libres, sin tabúes que cortasen sus alas, sin cajones que encerrasen sus secretos. Fue una tarea arriesgada, y en ocasiones estuve a punto de tirar la toalla, pero se lo debía a mis seres queridos, me lo debía a mí. Desgarré mi alma, reviví historias que estuvieron a punto de acabar con mi vida, pero no tenía alternativa, pues las malas hierbas hay que cortarlas de raíz. Y fue entonces, después de trece largos meses recordando y contando mi historia, mi razón de ser, cuando me sentí verdaderamente aliviado.
No puedo hacer una publicación especial y dejarme en el tintero a aquellas personas que han conseguido mantener la ilusión de este loco adolescente. Es verdad que, a lo largo de todo este tiempo, hay personas que solo han estado de paso, y aunque ya no estén, han aportado su granito de arena. Pero también hay personas que siguen a mi lado, apoyándome cada día, haciendo posible que algo tan simple como la escritura, se convierta en mi forma de expresión favorita.
Actualmente sigo documentándome, escribiendo reflexiones, compartiendo relatos, y haciendo críticas constructivas sobre temas de cierta importancia en la sociedad. Parece que nada ha cambiado, pero la mochila que llevo a mis espaldas pesa ya cinco años, y creo que tiene intención de coger más peso durante mucho tiempo. Me temo que tendréis loco adolescente para rato, y es él el primero que se alegra de ello, pues he comprendido que él no sería nada sin mí, y yo no sería nada sin él.


No hay comentarios:

Publicar un comentario