viernes, 29 de diciembre de 2017

Quién soy 5: Cicatrices

Me temo que llegó lo inevitable. Llevo casi dos meses sin escribir, porque no sabía cómo redactar uno de los peores años de mi vida, pero por fin he reunido todo el valor necesario para contarlo.
Empieza el año 2014, un año que ojalá jamás hubiese existido. Pero bueno, también me sirve para madurar y no volver a repetir nunca cosas que inexplicablemente hice durante este año. A pesar de todo lo que pasó, que no fue poco, el mejor resumen que podría hacer es el propio título de este quinto capítulo, cicatrices.
Este año me regalaron mi primer smartphone por mi decimosexto cumpleaños. Parece un dato muy irrelevante, pero no lo es. Poco después me creé una cuenta de cada una de mis redes sociales actuales. Empecé a conocer gente, y a relacionarme con personas interesantes que, encerrado en un pueblo alejado de todo, no podía conocer personalmente. No sé si sabéis el infierno que resulta ser el único adolescente homosexual "fuera del armario" en el entorno que vives. Necesitaba encontrar gente como yo, que me entendiese de verdad, y qué mejor forma de hacerlo que a través de las redes sociales. A pesar de lo mal que lo pasé, y lo perdido que estaba, aún conservo amistades que hice ese mismo año. Es difícil recordar cosas que hace más de tres años que sucedieron, e ignoro si aquel año fui feliz algún momento. Me viene a la cabeza una imagen mía, en febrero o marzo, llorando en la calle, con la nieve cayendo sobre mí, sobre mis inevitables ganas de estar muerto. Creo que este año perdí por completo la inocencia, me di de bruces contra la cruda realidad. Hubo gente que quiso hacerme abrir los ojos, y yo como adolescente inmaduro que era, me negaba a asumirlo.
También fue el año en que perdí la virginidad, pero nunca lo dije. Lo normal era que los hijos se lo contaran a su padre, y las hijas a su madre, a un referente que pudiese entenderles y ayudarles. Pero, ¿a mí qué me quedaba? El miedo de no tener a nadie que pudiese entenderme, de que nadie supiese explicarme nada sobre ese tema concreto. Ningún amigo, ningún adulto a quien poderle hacer preguntas respecto a un tema que incluso me daba vergüenza mencionar. No fue algo de lo que me sintiese muy orgulloso, al menos por un tiempo. Ahora pienso en ello y sinceramente, no me disgusta demasiado lo que ocurrió. Quizá por eso confié demasiado en las personas equivocadas, haciéndome vagas ilusiones de que por fin sería importante para alguien. Un error más que colecciono como recordatorio para poder aprender más sobre mí mismo.
Ese verano fui tres semanas a casa de una gran amiga, con quien tengo mucha complicidad y a quien aprecio mucho. Desgraciadamente las dos últimas semanas con ella fueron horribles, pues me puse muy enfermo. Fui de hospital en hospital sin saber qué me pasaba, hasta que por fin me diagnosticaron mononucleosis. Recuerdo muy bien las palabras del médico "Unos días más y podrías haber muerto". Lo peor fue lo que pensé en aquel momento, que ojalá hubiesen pasado esos días, y hubiese muerto de forma natural. La depresión estaba haciendo estragos en mi cabeza. El resto del verano fue muy tranquilo, me mandaron reposo y a penas hice gran cosa. Pero llegó el otoño, y las hojas que vagamente caían de los árboles, fueron manchadas con mi sangre.
Recuerdo largos paseos escuchando música, caminando a ninguna parte, pasando frío, lo que fuese con tal de estar solo. Lo peor fue, cuando un día lleno de furia, conseguí hacerme con una cuchilla. Lo siento mucho por la gente sensible que esté leyendo esto, pero necesito contarlo para intentar superarlo. Me agarré del brazo y, me corté. No dolió, no sufrí, simplemente me senté a llorar mientras la sangre recorría mi brazo, con un escozor que no me importaba soportar. Estaba enfadado conmigo mismo por haber hecho aquello, destrozado por tener que aguantar cosas que llevaba meses intentando evitar. Empecé el primer curso de bachillerato, y me sentía peor que nunca en el instituto. En parte por culpa de la depresión, y también, para mi desgracia, culpa de dos personas que no mencionaré. Tal vez su intención no era causarme tanto daño, pero yo era demasiado sensible como para querer soportarlo.
Recuerdo tener que ir a pasear a la perra de mi tía, que estaba enferma en el hospital, y aprovechar esos paseos para seguir haciéndome daño, expulsar sangre envenenada con una enfermedad mental que no era capaz de controlar. Ver a una perra que pensé que me tenía manía, intentando lamerme unas heridas que yo mismo me había hecho. Aquello me conmovió y me hizo odiarme un poco más a mi mismo por hacer algo que se me iba de las manos. Aunque la peor parte llegó el martes 16 de diciembre. Salí llorando del instituto, como muchos otros días, llegué a casa lleno de furia y, sin darme cuenta, me hice un corte más profundo de lo normal. Creí que me desangraba. Manché la ropa de sangre, y lo escondí todo para que no lo viesen mis padres. Entonces me di cuenta de que había ido demasiado lejos, y tenía que tomar una decisión. Dejar de hacerme tanto daño, o hacerlo de verdad y acabar por fin con mi vida. 

jueves, 19 de octubre de 2017

Quién soy 4: La depresión

Junio de 2013, comienza un verano inolvidable, aunque desgraciadamente no para bien. Entre el 27 de junio y el 11 de julio, mi prima Iris y yo estuvimos de vacaciones en Inglaterra. Nos lo pasamos bien juntos, aunque yo a veces estuviese triste o decaído. Solía decir que era porque se me hacía extraño estar tan lejos de casa. Ojalá fuese cierto aquello, pues la realidad era totalmente distinta. No negaré que disfruté del viaje, pues así fue, pero podría haber sido mucho mejor de haber viajado en otras circunstancias, sano, sin aquellos pájaros atormentando cada pensamiento negativo que mi quebrada cabeza intentaba evitar sin éxito. Llegó el día de volver a España, por fin. Como siempre, intenté aparentar normalidad, pero aquella bomba estaba a punto de explotar.
Lo que viene a continuación lo explican mejor las imágenes, de una conversación que tuve con una buena amiga, el día 16 de julio. Quiero recalcar que gracias a su apoyo incondicional durante todos estos años, he logrado superarme a mí mismo poco a poco.



Lo que vino después ya es algo más obvio. Mi madre supo lo mal que estaba y decidió hablar con el médico para que me recomendase un psicólogo. Ese mismo verano comencé la terapia, y mi psicóloga me dijo algo que ya sabía, pero me negaba a admitir, tenía depresión. Las primeras sesiones fueron algo extrañas y un poco duras para mí. Pero gracias a ellas logré superar poco a poco ciertos traumas que me atormentaban. Seguí varios meses acudiendo a la psicóloga, pero como estoy siguiendo un orden cronológico, seguiré contando cosas que pasaron durante ese periodo de tiempo.
En septiembre de ese año comencé el cuarto curso de la ESO. Por lo general fue uno de los mejores comienzos que recuerdo, aunque no era muy difícil mejorar los anteriores. Por fin tenía una amiga en clase, Irene, con quien pasaba todo el día y a quien le contaba mis cosas. Pero las risas duraron poco. Por si no lo he mencionado, llevaba un año colado por un chico. Esto lo sabía muy poca gente, la gente más cercana a la que ya le había dicho que era gay. Pues bien, mes de octubre, a penas unas semanas después de empezar el curso. Ese día no había agua caliente en mi casa, lo recuerdo perfectamente porque fui a casa de prima a ducharme, y no podía parar de llorar. ¿Por qué? Pues a este idiota adolescente no se le ocurrió otra cosa que confesarle al chico que le gustaba precisamente eso, que le gustaba. En fin, imaginad la respuesta de un hetero de 15 años a un chico idiota de 15 años. Sinceramente, la culpa fue mía por no darme cuenta antes de que no tenía que haber dicho nada, aquello claramente no iba a salir bien. Desgraciadamente la cosa no acabó ahí. Al día siguiente había “rumores” por ahí de que yo era homosexual. Estaba harto de que la gente hablase de mi sin tener ni idea, así que decidí salir del armario. Prefería que todo el mundo se enterase de ello por mi, y no por los demás. Así que, para llegar a más gente en poco tiempo, escribí un texto en Facebook, que vio mucha gente. Y para mi sorpresa, había mucha gente que me comprendía y apoyaba. La sensación de liberación que tuve en aquel momento es indescriptible. Sin embargo no todo el mundo pensaba lo mismo. Había gente, afortunadamente poca, que usaban mi condición sexual como una excusa más para insultarme y acosarme. Pero gracias al apoyo de la gente de mi alrededor, y sobretodo de la psicóloga, era capaz de soportar aquel infierno. O al menos, eso quería pensar. Los meses siguientes no variaron mucho, hasta que llegó el año 2014, un año nefasto que, inconscientemente, mancharía de sangre.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Quién soy 3: El detonante

Septiembre de 2012, comienza el curso que lo marcó todo, un antes y un después en la historia de mi vida, y en mi paso por el instituto. Tercero de ESO, el curso en el que tenía más asignaturas, de distintas ramas educativas, para poder elegir al final del mismo por cuál de esas ramas te orientarías el curso siguiente. Pero aquella elección era la menor de mis preocupaciones, una insignificante decisión comparada con el mar de monstruos que habitaba mi cabeza, al que le pondrían nombre unos meses más tarde. Como ya comenté en la anterior publicación, había gente en clase con la que me llevaba bien, aunque no tuviese mucha confianza con esas personas. Bien, esto es importante. Siempre pensé que tenía mucha empatía, que podía comprender los problemas de la gente y a veces me dolían a mi también. Una compañera de mi clase, a la que siempre tuve muchísimo aprecio, tampoco estaba bien. Tenía una enfermedad (tampoco voy a hablar mucho del tema porque no es algo que a mi me concierna), y faltó al instituto por unos meses. Lo sentí muchísimo por ella, de corazón. Toda la clase la echábamos de menos. Era, y es, una de esas personas imposibles de odiar, y que no podías evitar apreciar, se hacía de querer. De hecho le dediqué una publicación en mi blog hace tiempo. Aquí está. Gracias por tu apoyo durante todos estos años, de verdad. 
En otoño de aquel año fui sincero con la persona más importante de mi vida. Pues cansado de ocultar mis verdaderos sentimientos, le confesé a mi hermana quién me gustaba. Se quedó algo sorprendida al saber que era un chico, pero no dijo nada al respecto. Aquello me dejó algo confuso, pero yo sabía que ella lo aceptaba. 
Pasaban los días en clase, y ocurrió algo que jamás hubiese imaginado. Un día estaba en mi pupitre, cabizbajo y llorando, como de costumbre, cuando se me acercó una chica. Esa chica era la primera vez que iba a mi clase, pues estaba repitiendo curso. Me intentó animar y me sacó una sonrisa. Casi cinco años han pasado, y no se me olvidará nunca. Esa chica es ahora una de mis mejores amigas, Irene. Creo que se lo dije alguna vez, pero es muy probable que de no haber estado ella ahí, tal vez yo ya no estaría aquí. Jamás seré capaz de compensarte todo lo que has hecho por mi.
Por si fuese poco, durante este curso descubrí mi verdadera pasión por la escritura, pero de una forma no muy agradable. Nuestra profesora de literatura nos mandaba escribir relatos cada semana a algunas personas de la clase. Yo contaba historias que expresaban mis sentimientos. Hasta que leí en clase una de ellas. La historia trataba sobre una chica deprimida que acabó suicidándose. Todavía recuerdo las caras de mis compañeros y la profesora, asustados, sin saber qué decir. Poco después mi profesora me mandó a hablar con la orientadora del instituto (era nueva, porque el orientador que había estaba de baja). Durante varias semanas hablaba con ella, e intentaba ayudarme. Conseguí que se reuniese con mi madre y mi padre, y les contase aquello que a mi me atemorizaba tanto decirles, que era homosexual. Lo llevaron bastante bien, en ese aspecto tuve suerte, pero me recomendaron que por el momento no se lo dijese a todo el mundo. Es lo que tiene vivir en un pueblo con tan poca diversidad sexual. Pero no hacía falta que me dijesen nada, el miedo que yo sentía era ya demasiado fuerte, demasiado doloroso. Me daba asco a mi mismo por tener que ocultar mi verdadera identidad solo por miedo.
Acabó el curso, suspendí dos asignaturas, era la primera vez queme pasaba, me sentí un fracasado por ello. Y por fin llegó, verano de 2013. Iba a viajar a Inglaterra con mi prima Iris. Las cosas parecían ir bien, mejorando. Pero no era así, nada iba bien. Aquello solo fue el detonante, la bomba estaba a punto de estallar.

jueves, 10 de agosto de 2017

Quién soy 2: Transición

Los siguientes dos años los recuerdo peor, mi memoria no es capaz de recordarlo todo. Pero haré un esfuerzo. 2011, finalizo mi primer año en el instituto, con unas notas bastante bajas, teniendo en cuenta que mis notas en el colegio no solían bajar del 8. Nunca fui un estudiante ejemplar, lo reconozco. Tampoco pondré mis problemas de excusa frente a mis notas, aunque en algunos aspectos sí que han influido, no voy a mentir. Septiembre de 2011, comienzo mi segundo año en el instituto. De este curso me acuerdo de algunas cosas más que el anterior. Las clases eran igual, hablaba con algunas personas, pero sin tener confianza con nadie, ninguna persona a la que contarle cómo me sentía realmente. Estaba aislado en clase, pero no culparé a mis compañeros por ello, pues en parte era yo quien quería estar solo. Tenía miedo, como de costumbre, de que alguien me conociese realmente, y huyese por ello. De no ser comprendido, ni aceptado. Aunque al menos tenía a mi prima Iris, a quien nunca tuve el valor de agradecer que estuviese ahí. Fue gracias a ella por lo que mis primeros años en el instituto se me hicieron algo más llevaderos. A pesar de que no era del todo sincero con ella, pues en esa época no lo era con nadie. Durante este curso hice buenas migas con mi profesora de música. Empecé a expresarme un poco más, pues mi pasión por el piano y la música empezó a florecer poco a poco, y con ello una parte de mi más alegre, más viva.
Los meses pasaban, llegó 2012, y con él mi decimocuarto cumpleaños. Un año más, y yo seguía igual de perdido, o al menos eso creía. A pesar de no haber salido aún del armario (no sé por qué sigo utilizando esa expresión), no podía evitar ser quien era, y eso la gente lo notaba. A veces me llamaban maricón, sin si quiera confirmar que lo era. Para nada es un insulto, pero así me hacían sentir que fuese, pues solo sabían usar esa palabra de forma peyorativa. Ellos solo ponían un granito de arena insignificante, que era el insulto. La montaña la creaba yo, haciéndome creer que mi vida no valía absolutamente nada porque era un cobarde incapaz de afrontar una realidad por miedo, miedo a que la gente pensase que era diferente, y me odiasen por ello, casi tanto como me odiaba yo a mi mismo. Acabó el curso, otro más, con unas notas razonablemente mediocres, no muy diferentes a las del primer año, para qué variar. Me acostumbré a no estudiar, tenía demasiados fantasmas en la cabeza que me impedían concentrarme. Y fui tan cobarde que, en vez de enfrentarlos, los puse como excusa para intentar evadirme de algo de lo que lamentablemente no podía escapar. Pasó el verano, un verano del que sinceramente no me acuerdo. No sé si estuve bien, o mal. Si hice daño a alguien, o solo a mi mismo. Solo sé que después de aquellos tres meses, comenzó uno de los cursos más duros emocionalmente que tuve que afrontar durante mis siete años de instituto. Pues ahora sí, mi vida estuvo en juego por primera vez.


sábado, 15 de julio de 2017

Quién soy 1: El año maldito

Todo empezó en 2010, o como lo llamo yo a veces, el año maldito. Maldije aquel año por varios motivos. El primero y peor de todos fue, el incidente. Ni si quiera me acuerdo si fue aquel año, pero es algo de lo que me arrepentiré el resto de mi vida. Creo que nunca hablé de ello, tal vez a una persona, pero es algo que prefiero no recordar. En junio de ese maldito año, murió mi abuela, algo que me llevó tres dolorosos años asumir. Pero, desgraciadamente, la pesadilla no había hecho más que comenzar. En septiembre empezaría el instituto, sí, el mismo instituto que tantas veces he aborrecido y del que me ha costado siete largos años salir. Tenía asumido que no sería fácil, y efectivamente, fue una mierda. Si ya en el colegio me sentía solo, allí mucho más. Todo el mundo era mayor que yo, había grupos de gente, de amigos... Quizá era pronto para decir que yo tenía alguno. Si es verdad que había gente con la que me llevaba bien, pero no era lo mismo. Dejé de celebrar mis cumpleaños, no me sentía cómodo desde hacía tiempo con ello. Cumplir años, sin tener nada que celebrar. En el fondo entendía que tuviese que estar solo, pues yo mismo me consideraba raro de aquel entonces. Si bien lo normal (no sabéis cuánto odio esa palabra) era que la gente de mi edad jugase al fútbol y hablase de videojuegos, a mi me gustaba más la lectura, y no encontraba nadie con quien compartir aficiones. Por si fuese poco ese año empecé a descubrir mi sexualidad y explorar mi cuerpo. Me empecé a masturbar (parece algo fuera de lo común, y no entiendo por qué sigue siendo un tema tabú) y me di cuenta que a mi realmente me excitaban los hombres. En esa época sentía que estaba confundido, aunque efectivamente no lo estaba, era homosexual, me gustase o no. Tenía mucho miedo, pues sabía perfectamente que la gente no lo vería bien, ya que los chicos de mi edad siempre hablaban de que tenías que fijarte en las chicas etc. Pasé años ocultando mi verdadera personalidad, por miedo, pánico a que pudiese pasarme algo más grave que ser rechazado. Y llegamos al final de este fatídico año, con una desgracia más. Mi tío, el padrino de mi hermana y al que yo tenía de referente como si fuese mi abuelo, llevaba meses enfermo, y a finales de diciembre, murió. No me sorprendió tanto como la muerte de mi abuela, pues la suya fue repentina mientras que la de mi tío se veía venir. Pero dolió igual. Nunca se lo dije a mi familia, pues me da apuro hablar de estas cosas, pero sentí un enorme vacío en mi vida los meses posteriores. De aquella, y hoy día a veces también, interiorizaba el dolor, me lo guardaba todo, y creo que ese fue uno de los detonantes de lo que ocurriría los años posteriores. 

jueves, 22 de junio de 2017

Quién soy

Buenos días queridas lectoras y lectores. Ayer estuve de viaje y no pude publicar nada a tiempo, pero hoy vengo con una publicación, que en mi opinión, es muy interesante e importante. Llevo semanas dándole vueltas a un asunto, y creo que ha llegado la hora de contar la verdad. Hasta hace muy poco tiempo, cada vez que alguien me preguntaba  a cerca de mi pasado, mi etapa de depresión y demás, yo contaba solo algunas cosas, historias incompletas y muy resumidas, incluso alguna que otra mentira. Pero eso se acabó. Creo que es inútil intentar superar algo a lo que nunca he sido capaz de enfrentarme del todo. Por primera vez en mi vida lo contaré todo, o al menos todo lo que estoy absolutamente seguro de que pasó. Tanto el mal que he sufrido, como el que yo mismo provoqué. No será una historia corta, de hecho, la dividiré en varias publicaciones, que iré redactando a lo largo del verano. Avisaré a través de mis redes sociales antes de cada publicación. Si alguna persona conocida está leyendo esto, y tiene miedo de que su historia conmigo salga a la luz, que no se preocupe. Usaré nombres falsos en algunas partes de la historia para proteger la identidad de algunas personas porque, como he dicho, la historia será la más completa y sincera que nunca me he atrevido a contar. Tampoco estoy seguro de cuándo empezaré a publicarla, pues aún no he sido capaz de redactar ni la mitad de todo lo que quiero contar. Pero será pronto, no quiero demorar esta situación más de la cuenta. Quiero explicar, ante todo, que la decisión ya está tomada, le pese a quien le pese, y que conozco perfectamente las consecuencias de sacar mi pasado a la luz. Pero como digo siempre, si no quisiera que la gente se enterase, no lo publicaría. Asumiré encantado las consecuencias de mis actos, como persona adulta que soy, pues el objetivo de contar esta historia no es otro que la liberación y superación de mi ser, de estos últimos siete años ocultándome a mi mismo cosas que, de un modo u otro, no estaba capacitado para asumir. Quizá algunas personas piensen que estoy exagerando, que me estoy poniendo demasiado dramático con este tema, quién sabe. Desde luego ese no es mi objetivo, solo quiero contarle al mundo la verdad, porque yo tampoco fui muy buena persona, y pocas veces tuve el valor de reconocerlo. Me gustaría muchísimo que cualquier persona que me conozca, familiar, amigos y amigas, conocidos y conocidas, estuviese al tanto porque, esta historia le concierne a mucha gente. Creo que eso es todo por hoy, me temo que la entrada de esta semana es meramente informativa, y que tendréis que esperar un poco más para leer la historia completa. Pero estoy seguro, de que valdrá la pena. Un saludo, y un día más, gracias por leerme.

miércoles, 7 de junio de 2017

Bullying

Buenos días queridas lectoras y lectores. Hoy voy a hablar de algo que me parece muy importante, y aunque habéis oído hablar de ello infinidad de veces, seguís ignorando, el bullying. Para aquellas personas que no sepan lo que es, se conoce bullying como acoso escolar hacia un alumno o alumna, tanto físico como psicológico, por parte de sus compañeros y compañeras. Pues bien, estoy muy disgustado con el tema por varios motivos. El principal y más reciente, es que hay muchas personas que dicen estar en contra del acoso escolar y luchar contra él, y luego, por alguna extraña razón que sigo sin comprender, tienen la necesidad de meterse con alguien porque simplemente es diferente al resto. No sé qué es lo que más me enfurece, el hecho de que esa persona esté acosando a otra por ser diferente, o que a demás tenga la desfachatez de decir que lucha contra el acoso cuando hace todo lo contrario. Otro aspecto que me disgusta y entristece mucho, es saber que prácticamente a diario hay niños y niñas que se suicidan porque sufren acoso y nadie les ayuda. No me imagino por lo que tendrán que pasar para pensar con 11, 12 o 13 años, que la única salida es el suicidio. Y encima pocas veces la gente que acosa a esas personas paga por ello, pues no puedes devolverle la vida a quien por tu culpa ya no vive. Pero aún hay más, la mayoría de los centros educativos suelen negar la existencia del acoso, a demás de muchas veces negar ayuda a quienes lo sufren. Obviamente habrá centros que sí faciliten esa ayuda, pero muy pocos en comparación a los que lo niegan todo. Y esto lo sé porque conozco mucha gente que sufre o ha sufrido acoso, y se han tenido que buscar la vida para solucionarlo por su cuenta, porque el centro no hacía absolutamente nada para ayudar. También están esos profesores diciendo que son cosa de niños y que no pasa nada. Cuando una persona llega llorando a su casa y solo piensa en morir porque se siente sola, amenazada y cree que nadie va a ayudarla, no creo que sea cosa de niños o que simplemente no pase nada. Yo sinceramente he tenido algo de suerte en ese aspecto.
Con todo esto no quiero buscar culpables, solo quiero concienciar un poco más a la gente para que ayude a estas personas que están sufriendo un infierno solo por ser diferentes. Porque todo el mundo merece tener una niñez y una adolescencia tranquila y feliz, sin que nadie les acose o intimide por el hecho de ser como son. Podría explayarme mucho más, pero creo que, al menos de momento, con estas cuatro cosas ha quedado bastante claro. Luchemos para que algún día ningún niño ni niña sufra tanto por culpa de terceras personas como para querer quitarse la vida.
Espero que os haya gustado la publicación de hoy. Tanto si estáis de acuerdo, como si no, o queréis debatir algo sobre el tema, podéis reflejarlo en los comentarios o a través de mis redes sociales.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Heterosexualidad

Buenos días queridas lectoras y lectores. La entrada de hoy es posible que sea algo más larga de lo normal, pero también muy interesante. Al principio os parecerá que es una broma preguntar cosas tan obvias, pero os adelanto que para nada es una broma y que tiene su significado. Pues bien, le he hecho una serie de preguntas a algunas personas heterosexuales que han querido participar en este proyecto. Publicaré sus respuestas anónimamente, y después haré una breve reflexión sobre ello.

1.¿Cómo y cuándo te diste cuenta de que eras heterosexual?
T. Bueno supongo que lo normal, que de esto que eres pequeña y te fijas más en personas del sexo opuesto, en mi caso en chicos, y a decir "oh pero mira que guapo es y tal", quizás más en mi caso con actores de películas o series. 
A. Me di cuenta cuando era pequeña, ya que siempre me fijaba en chicos y desde pequeña siempre sentía atracción hacia ellos. Realmente nunca me di cuenta, ya que "forma parte de mi", es lo que siento.
J. Hace ya bastantes años, y me di cuenta cuando en el colegio hablaba de distinta forma con los chicos que con las chicas, es decir, a mis compañeros les hablaba normal, y a mis compañeras igual, pero me ponía más nervioso al hablar con ellas, y ya me di cuenta de que era porque me gustaban.



2.¿Qué te dice la gente cuando se entera de que eres heterosexual?

T. No me dicen nada, ni si quiera me preguntan por mi orientación sexual. Dan por hecho que soy heterosexual.
A. No me dicen nada, mis amigos no me juzgan "por ser así".
J. Nada, es más, nunca me han preguntado por mi orientación sexual, ni mi grupo de amigos y gente cercana, ni por redes sociales.



3.¿Te costó mucho ser aceptado/aceptada por el resto de personas debido a tu orientación sexual?

T. Como la pregunta anterior, al darlo por hecho, como algo normal, pues te aceptan eso desde siempre.
A. No. "Se supone que es lo normal". "LO NORMAL". Nótese la ironía.
J. Nunca he tenido problemas de ningún tipo por mi orientación sexual.



4.¿Alguna vez intentaste quitarte la vida porque sentías que tu orientación sexual te impedía tener una buena vida en tu entorno?

T. Querer quitarme la vida por ser heterosexual no, pero hay que puntualizar que muchas veces la sociedad te obliga a tener que tener pareja porque sí, y más cuando eres mujer. Esto ya es problema mío, pero el que por ese hecho me obliguen a tener que hablar con tal chico cuando no quiero, porque a ellos les parece bien sin tener en cuenta mi opinión, pues bueno, más de un ataque de ansiedad me ha dado y de llorar por tener esta orientación sexual.
A. No, y teniendo la orientación que tuviera, no lo pensaría.
J. No.



5.Habiendo respondido a estas preguntas, reflexiona un momento. Mucha gente que no es heterosexual sufre todo tipo de problemas por ello, incluso acabando con su vida. ¿Qué piensas al respecto?

T. Pienso que, como todo, es culpa de la sociedad y de las personas. Yo estoy a favor de todo tipo de orientación sexual, ¿por qué cuando se trata de amor los demás se tienen que inmiscuir en tu vida? Si eres feliz con esa persona, qué más da lo que sea. Las cosas están mal y se debería incidir más en esos temas en la educación. Nadie tiene por qué morir por la persona que le gusta solo porque una persona ajena piense que "es diferente" cuando para nada lo es.
J. Que lamentablemente hay gente que piensa que la heterosexualidad es la única orientación sexual aceptable, y no se dan cuenta de que aporta lo mismo un hetero, un homosexual, un transexual... E igual el día de mañana sufres un accidente de tráfico y pierdes mucha sangre, y casualmente quien te dona la sangre es alguien homosexual, y te ha salvado una persona de la cual te has reído, insultado, e incluso agredido, y miles de ejemplos más podría poner. Nos debemos centrar en nuestra vida y dejar a los demás vivir la suya, que cada uno ama a quien quiere y vive su vida con quien quiere. 


Bueno pues hasta aquí la encuesta. ¿Por qué la he hecho? Bien, es muy sencillo, quería compararla con otras anteriormente publicadas como la de la bisexualidad o la de la asexualidad. También aclarar algunas cosas, como las que bien han respondido las personas encuestadas. Pues la gente siempre da por hecho que eres heterosexual, hasta que decides hacer acto de presencia de tu verdadera orientación sexual, lo que se conoce comúnmente como salir del armario. A nadie le gusta que le atribuyan algo que no es. Por eso yo decidí "salir del armario", porque no me gustaba que la gente pensase que era heterosexual o que me tratasen como alguien que no soy. Con esto no estoy diciendo que odie a las personas heterosexuales, simplemente que no me gustaba la idea de que me atribuyesen ese tipo de orientación sexual solo porque para la sociedad es lo común, lo normal. Porque la gente no entiende que hay muchas personas que no son heterosexuales, que tienen que sufrir diariamente el rechazo de la sociedad y que algunas de ellas acaban por quitarse la vida. Por eso, aunque la gente me llame pesado, o crea que se habla ya mucho del tema, sigo luchando, hablando de ello diariamente. Porque nunca será suficiente mientras siga muriendo gente que el único mal que ha cometido ha sido nacer y ser diferente a lo que la sociedad llama "lo normal." Antes de finalizar, quiero agradecerles a estas personas su participación y sus ganas de colaborar contra esta lacra social que esperemos, algún día llegue a su fin. Tanto si estáis de acuerdo con esta publicación, como si no, o simplemente queréis debatir sobre el tema, podéis reflejarlo en los comentarios, o a través de mis redes sociales.


miércoles, 10 de mayo de 2017

Cambios

Buenos días queridas lectoras y lectores. Hoy seré simple y breve. No vengo a hablar de política, ni de temas actuales, ni nada por el estilo. Hoy haré hincapié en el título del blog, es decir, el diario de este loco adolescente. Sí, aunque le importe a relativamente poca gente, hoy quiero hablar de ciertos cambios que, o bien están ocurriendo, o lo harán en un periodo de tiempo breve, en mi vida.
Bien, por donde empezar. Como la mayoría de personas que me conoce sabe, llevo un par de meses muy agobiado, debido a los exámenes finales de segundo de bachillerato (último curso de instituto), y el examen de acceso a la universidad. Que vale, la carrera que tengo pensado hacer no pide una nota muy alta, pero aún así la presión continua que nos meten día a día es muy exagerada. También influyen otras cosas en mi estado de ánimo, como el miedo de mudarme a una ciudad relativamente lejos de mi familia (300 kilómetros), empezar la universidad sin conocer a nadie y sin si quiera saber dónde me estoy metiendo. Obviamente no debo sentirme mal por ello, pues el hecho de mudarme a estudiar a otra ciudad es decisión mía, no he sido obligado ni coaccionado por ninguna otra persona. Y aquí es donde quería yo llegar, pues no todos los cambios son malos. Si es cierto que me va a costar alejarme de muchos seres queridos, verles menos y sobre todo, acostumbrarme a vivir sin mi familia a diario. Pero llevo años esperando una oportunidad así, este cambio para alejarme no solo de un lugar, si no también de ciertos recuerdos, cerrar una etapa nefasta de mi vida que, no quiero engañar a nadie, no he superado del todo. Sí, estoy hablando de la depresión. Obviamente no tengo los mismos síntomas de depresión que hace un par de años, pero llevo varios meses intentando engañarme a mi mismo diciendo que estaba bien, cuando en realidad necesitaba ayuda. Y he sido un idiota al no pedirla, negando a mucha gente que la necesitaba. Os podrá parecer extraño, pero estoy completamente seguro de que parte de ese sentimiento, ese malestar, tiene que ver con la vida que llevo en este pueblo. Ya hablé de ello en la anterior publicación, ser tan diferente en un lugar tan pequeño y apartado, limita bastante tu forma de vida. Aunque hay otros factores que también influyen, que no contaré, pues hay ciertos temas que es mejor dejarlos para la intimidad. En a penas mes y medio me graduaré, intentaré con todas mis fuerzas entrar en la universidad, y mi vida habrá cambiado sin apenas darme cuenta. No os voy a mentir, tengo una mezcla entre miedo y nervios que no quepo en mí, pero por otra parte estoy muy ilusionado y emocionado. Si es verdad que no se debe temer a los cambios, aunque no puedo evitar sentirme así. Tal vez parezca la misma persona, pero tengo el presentimiento de que este cambio tan brusco cambiará algo en mi, para mejor espero. Tengo mucho futuro por delante, muchos proyectos por comenzar, y ahora puedo decir con certeza que a Abel Vergara no le parará nadie.

miércoles, 26 de abril de 2017

Si es gratis es por algo

Buenos días queridas lectoras y lectores. Llevo un tiempo preparando nuevas ideas para comentar en el blog, pero aún no he podido desarrollarlas. El motivo es simple, estoy en mi último año de instituto y tengo muchos exámenes finales y cosas que estudiar. Esto no quiere decir que la publicación bimensual del blog se vea afectada por ello, simplemente que el tema de hoy me lo he sacado un poco de la manga como quien dice, para hacer tiempo a preparar las siguientes publicaciones. Aunque eso no quiere decir que el tema de hoy no sea interesante ni mucho menos. Dicho esto, comencemos.
Espero que al leer el título os haya entrado algo de curiosidad. Y es que en un mundo mayoritariamente capitalista como en el que vivimos, y más aún en tiempos de economía difícil, la palabra gratis nos llama mucho la atención. Pero, ¿es realmente gratuito ese bien o servicio? La mayoría de las veces no lo es, pero no solemos darnos cuenta. Un ejemplo tan práctico como machista, es el hecho de dejar entrar gratis a chicas jóvenes a una discoteca o pub. Como bien dice una amiga "si no te hacen pagar por el producto, el producto eres tú." Y razón no le falta, pues la "estrategia" consiste en que el pub o la discoteca se llene de chicos jóvenes que entran por ver a esas chicas bailar. Y ya dentro, consumen bebidas del local, obteniendo así más beneficios el dueño o la dueña. Sinceramente, a mi este tipo de cosas me dan mucho asco, incluso pondría una denuncia al local por hacer semejante estupidez, pues no hace más que incrementar el machismo, utilizando a las mujeres como si solo fuesen un trozo de carne para atraer hombres. Me da asco y vergüenza que existan sitios así.
Pero ese no es ni el único ejemplo ni el más común. Muchas de las aplicaciones para móvil que utilizamos son gratuitas. Sabemos perfectamente que se debe a que estas aplicaciones tienen anuncios publicitarios que nos aparecen en la pantalla cada poco. Pero, ¿qué tipo de anuncios aparecen? Al descargarnos esas aplicaciones, estamos accediendo a que los operarios de las mismas rastreen información sobre nuestra vida. Datos como gustos y aficiones, lugares frecuentados y demás. Por ejemplo, yo más de una vez he buscado billetes de tren a una ciudad, y después entraba en Facebbok desde el mismo ordenador o teléfono, y al rato aparecía un anuncio de viajes, información turística y hoteles de la misma ciudad para la que yo había comprado el billete. Es decir, que aplicaciones como Facebook son capaces de saber qué lugares has visitado por internet desde la misma dirección IP desde la que inicias sesión. Igual algunas personas creen que eso está mal, que se podría considerar un delito, pero no lo es, porque desde el momento en que te descargas la aplicación, autorizas a la misma a hacer este tipo de cosas. Porque vemos que algo es gratis, y lo queremos obtener sin si quiera leer la letra pequeña. Vender un producto o servicio gratuitamente, no quiere decir que no tengas que pagar por él, si no que es una estrategia para sacarte el dinero por alguna otra parte. Lo mismo pasa con muchos videojuegos. Puedes descargarte la demo de ese juego gratuitamente, pero no es más que una simulación breve de lo que sería el juego en realidad. Con ello lo que consiguen es que mucha gente se enganche tanto del mismo que acaben comprando el juego completo.
Y podría poner muchos más ejemplos de cosas que aparentemente son gratuitas pero no son más que una estrategia comercial. Aunque creo que con esto que acabo de explicar es más que suficiente. Espero que os haya gustado la publicación de hoy. Si no os ha gustado, creéis que esta información es errónea o simplemente os apetece contar una anécdota sobre algo relacionado con el tema, podéis reflejarlo en los comentarios o a través de mis redes sociales.

miércoles, 12 de abril de 2017

Soy de pueblo

Buenos días queridas lectoras y lectores. Hoy voy a hablar sobre algo a lo que llevo meses dándole vueltas. No han sido pocas las veces que he tenido que discutir con alguien porque, según sus "argumentos", la gente de pueblo es menos civilizada que la de ciudad. Y antes de entrar en detalles quiero aclarar que no me gusta generalizar, aunque alguna vez lo haya hecho inconscientemente. Pues bien, como cualquier persona que me conoce, sabéis que yo he vivido toda mi vida en un pueblo del norte de León, llamado Boñar. También sabéis que me he quejado del mismo en numerosas ocasiones. ¿Por qué? Bueno, digamos que mi adolescencia no ha sido nada fácil, y creo que parte de ello se debe a vivir en un sitio tan pequeño, con pocas personas y poca variedad, por decirlo de algún modo, de personas. Ser alguien como yo, en un sitio tan pequeño y con tanta gente a la que le cuesta comprender tu modo de vida, no es nada fácil. Con esto obviamente no estoy acusando a nadie, solo quiero que comprendáis que es muy duro vivir donde todo el mundo te conoce y juzga tu forma de vivir la vida, sin si quiera pararse a conocerte un poco más de verdad o hablar contigo. Por otra parte, y dejando este tema a un lado, por mucho que pueda quejarme de vivir en un pueblo, es de donde soy, y sinceramente me siento orgulloso de serlo. Por eso odio a la gente que menosprecia a quienes somos de pueblo, porque vale, es cierto que no se lleva el mismo modo de vida que en una ciudad, pero eso no significa que seas una peor persona. Tenemos la misma educación que pueda tener una persona de ciudad, aunque muchas personas crean que por vivir en un pueblo se es un poco "paleto". Creo que el hecho de ser ignorante no tiene nada que ver con que te hayas criado en un núcleo de población de 500 habitantes o de 500.000. Me temo que ese tema tiene más que ver con la educación que recibe cada uno en su casa. Por lo tanto, invito a todo el mundo a que deje de juzgar a una persona por su procedencia, algo que lamentablemente se sigue haciendo a día de hoy.
Este era un tema importante para mi, porque aunque me haya quejado muchas veces de mi pueblo, estoy orgulloso de haberme criado en él, con sus más y sus menos claro, pero al fin y al cabo, siempre seré boñarense, y vaya a donde vaya, me llevaré un trocito de Boñar conmigo. Porque ser de pueblo es para estar orgulloso. Y no puedo terminar esto sin antes agradecer a todas aquellas personas que me han ayudado a lo largo de los últimos años en el pueblo, porque no todo han sido críticas y chismorreos, hay gente buena, muy buena, que simplemente te apoya, comprende, respeta y defiende en el pueblo, porque como dije anteriormente es un sitio pequeño y nos conocemos todos, y quería darle las gracias a esa gente que se ha molestado en conocerme y ayudarme, porque me han hecho la vida algo más fácil en este pequeño lugar.
Espero que os haya gustado, y si tenéis alguna duda, sugerencia o estáis en desacuerdo conmigo, podéis hacérmelo saber en los comentarios de la entrada, o a través de mis redes sociales.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Libertad de expresión

Buenos días queridos lectores y lectoras. Hoy estoy especialmente cabreado, y es que el término "libertad de expresión" no solo se está llevando a unos extremos odiosos, si no que se usa para antojo y beneficio de las autoridades. ¿Por qué digo esto? Bueno, pues esta misma mañana he leído una noticia, en la que supuestamente condenan con 12 meses de prisión a una joven que no ha hecho nada más que publicar unos tweets "humorísiticos" sobre la muerte de Carrero Blanco. Me parece una soberana estupidez condenar a alguien por algo así, cuando a personas de a pie nos insultan y hacen peores cosas y los responsables se van de rositas porque esas amenazas, cito textualmente "no son un delito de odio en sí". Yo sé perfectamente que reírse de la muerte de alguien no es moralmente correcto a demás de una falta de respeto, pero condenar a alguien por eso sinceramente me parece muy absurdo. Y si hablamos de libertad de expresión, no podemos dejar de lado a la plataforma Hazte Oír, que defiende un mensaje de odio hacia la comunidad transexual con la excusa de que estando apoyados por la ciencia biológica (algo totalmente incorrecto, pero no voy a meterme ahora en ello) pueden difundir dicho mensaje, debido a que es lo que ellos y ellas piensan y, por tanto, es su derecho de poder expresarse libremente. Obviamente se les ha hecho llegar de varias formas que su mensaje es claramente una incitación al odio, pero no han querido rectificarlo y han llevado su mensajes al extremo, culpando además, a la comunidad LGBT+ de que se les coarte esa "libertad de expresión", e incluso han llegado a decir que estamos consiguiendo que la gente heterosexual se sienta oprimida. En una sociedad en la que prácticamente a diario hay agresiones verbales y físicas contra gente LGBT+ por el simple hecho de ser tal y como son, y ninguna agresión a gente heterosexual por el hecho de serlo, pero bueno, si se sienten oprimidos será por algo, pero precisamente por esto no.
Lo que quiero transmitir, es que no me parece normal que una estudiante esté condenada a doce meses de prisión por publicar tweets ofensivos hacia una víctima de ETA, y la organización Hazte Oír siga pudiendo difundir sus mensajes de  odio hacia la comunidad transexual sin que las autoridades hagan nada. Y del mismo modo que pongo ese ejemplo, puedo decir y verificar, numerosos casos de acoso, tanto en institutos como en otros ámbitos de la vida cotidiana, en los que la víctima ha denunciado, y las autoridades simplemente han dado un toque de atención al agresor. Pero bueno, ya sabemos todos y todas de qué pie cojea ahora mismo el gobierno de España, el mismo que aprobó la famosa Ley Mordaza, que atentaba directamente contra la libertad de expresión de los ciudadanos y ciudadanas.
A mi, sincera y honradamente, no me importa en absoluto lo que puedan o quieran hacer conmigo, que yo siempre defenderé hasta la muerte mis derechos, y si quieren callarme, tendrán que esforzarse más. Y quienes me conozcáis sabéis que yo suelo difundir y defender mis opiniones e ideales de la manera más tolerante y respetuosa que me es posible.
Bueno y hasta aquí la publicación de hoy. Siento mucho no haber podido esmerarme más, pero hablar sobre este tema ha sido esporádico y no he tenido tiempo de redactarlo en condiciones, aunque las ideas las he dejado bastante claras. Si tenéis alguna objeción, algo que no haya quedado claro, o algún aporte que pueda generar malentendidos, hacedmelo saber, ya sea comentando este post o a través de mis redes sociales.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Asexualidad

Buenos días queridos lectores y lectoras. Hoy hablaré sobre un tema que a mi parecer es interesante, la asexualidad. Para ello me he documentado y hecho un par de preguntas a una persona asexual para que pueda contarnos algunas cosas desde su punto de vista.
Antes de empezar quiero hacer un pequeño inciso. Como podéis comprobar, el diseño del blog ha cambiado, gracias a mi amiga Didi que me ha ayudado. Espero que os guste esta nueva imagen del blog.

1. ¿Qué es la asexualidad?
"La asexualidad es no sentir atracción sexual hacia los demás, o al menos esta es la definición extendida. No sentir atracción sexual no es no tener libido, ya que tengo entendido que mucha gente asexual lo tiene, es solo que no necesitas a nadie para satisfacerlo."

2. ¿Cómo y cuándo te diste cuenta de que eras asexual?
"Me di cuenta cuando tuve una relación romántica y vi que estaba muy incómoda y que aquello no era para mi. Si hubiera sabido de la asexualidad antes, no le hubiera hecho tanto daño a esa persona que sí me quería, por eso siempre reivindico que es importante que la asexualidad sea visible para que no tengamos que cometer estos errores."

3. Por increíble que parezca, la mayoría de la gente desconoce esta orientación sexual. ¿A qué crees que se debe esta desinformación?
"No es increíble para mi, el sexo es algo incrustado en nuestra sociedad y creo que también en nuestra naturaleza inevitablemente. Creo que al ser algo tan intestino nuestro es normal que a la gente le resulte difícil comprender que existimos, tengo un margen de empatía en ese sentido. Creo que la desinformación se debe a muchas causas, entre ellas que somos poquita gente, que no es "lo normal"... Que la gente ni se lo plantea en un mundo tan obsesionado con el sexo."

Antes de nada quiero agradecer a esta persona su tiempo por ayudarme a hablar sobre un tema desconocido para la mayoría pero que me parece tan interesante e importante como cualquier otro. Algunas celebridades como J.M.Barrie, Salvador Dalí o Paul Bowles eran asexuales, así como el integrante del grupo The Smiths, Morrissey, quien afirmó una vez: "No puedo imaginar a mi cuerpo respondiendo a un estímulo sexual."
Antes de finalizar, os dejo un artículo de un chico que explica con detalle qué es para él ser asexual, cómo se siente y demás. (Pinchad aquí para leer el artículo). Y como conclusión os pondré un vídeo en el que este chico ha participado. Puede que os suene de algo, es un anuncio de colchones que salió en televisión hace un tiempo.

Bueno, pues esto es todo. Espero que os haya gustado la publicación, y como siempre, podéis dejarme vuestra opinión en los comentarios o contactar conmigo a través de mis redes sociales. Y recordad, la gente no elige su orientación sexual, así que respetad todas y cada una de ellas. 


miércoles, 1 de marzo de 2017

Todo el mundo hace caca

Buenos días queridos lectores. Como cada dos miércoles, estoy de vuelta con algo nuevo. Tal vez os sorprenda el título de esta entrada, incluso penséis que hablaré sobre algo absurdo. Pero hay dos razones por las que he decidido llamar así a esta publicación. La primera era para llamar la atención básicamente, y la segunda y más importante es porque resume perfectamente todo de lo que hablaré a continuación.
Como ya sabemos, la sociedad ha sido injusta desde siempre. La población era estamental, y cada estamento tenía leyes y derechos distintos, quedándose así los estamentos ricos con más poder y derecho que los pobres. Hoy día no estamos divididos por estamentos, supuestsmente, pues la desigualdad sigue vigente en prácticamente todo el planeta. Sin ir más lejos, en mi país, España, se han dado varios casos en los que un ciudadano o ciudadana de a pie ha recibido mayor condena por cometer un delito menor que gente pudiente que ha cometido delitos de fraude fiscal mayores. Y lo siento, pero esto es real, desgraciadamente la justicia es ciega. Ahora bien, ¿por qué "todo el mundo hace caca" es una buena frase para resumir esta entrada? Pues bien, es muy sencillo. Me he imaginado una situación por la que pase todo el mundo y en la que se sientan vulnerables. Y no he encontrado un ejemplo mejor que el de ir al baño. Es una situación incómoda pero biológicamente necesaria para cualquiera. Es el único modo que se me ha ocurrido de comparar a cualquier persona del mundo en igualdad de condiciones. Si es verdad que no es lo mismo tener que ir al baño cuando vives en la calle a cuando vives en un palacio, pero es igual de asqueroso. Sé que esto no anima a nadie, que la sociedad es igual de injusta (a no ser que las clases bajas nos levantemos de una vez y luchemos unidos y unidas por una igualdad y una justicia dignas. No pretendo crear una revolución, pero hemos aguantado tantos siglos a la sombra de una sociedad tan injusta y desigual que me sorprende que no haya levantamientos a diario por ello.), pero el simple hecho de imaginarte al propio rey de tu país, o presidenta de tu gobierno, en un retrete, expulsando algo asqueroso y maloliente de su cuerpo, hace que veas a esa persona como un ser humano más, y no como una figura de autoridad con más derechos y libertades que tú. Por último, sé que esta entrada es poco relevante, pero cada vez que os sintáis inferiores a alguien, simplemente imaginaos a esa persona con la peor de las diarreas. Es muy asqueroso, cierto, pero ese es problema suyo, el dinero no impedirá que la naturaleza siga su, a veces, asqueroso curso.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Acceso a la universidad española

Buenos días queridos lectores. Me ha costado mucho decidir el tema del que hablaría hoy, y finalmente me he decantado por dar mi opinión de cómo es y cómo me gustaría que fuese el acceso a la universidad en España.
Bien, quienes curséis segundo de bachillerato este año, como yo, sabréis que gracias a la tontería de cambiar la ley educativa, las directrices que se llevarán a cabo en la selectividad aún no se saben a ciencia cierta, a pesar de que años anteriores ya se sabían a lo largo del mes de noviembre. Bien, ahora hablemos de cómo es esta prueba. Los alumnos, independientemente de la carrera que vayan a cursar en un futuro, deberán examinarse de cuatro asignaturas troncales obligatorias, a demás de otras dos, tres e incluso cuatro asignaturas más, voluntarias, para subir nota. Las asignaturas troncales son las que dan en común los distintos tipos de bachillerato (Lengua y Literatura, Historia de España o Filosofía, e Inglés), más la troncal de cada opción (Matemáticas en el Científico y Ciencias Sociales, Latín en Humanidades y, creo, que Fundamentos de Arte para Artísticas). Las demás asignaturas, es decir, las no obligatorias y que ponderan únicamente para subir nota, son las específicas de cada modulación de bachillerato. No sé si esto sigue siendo así al 100%, pero es una ligera idea de lo que es la selectividad. Bien, luego hay que decir también que hay que sacar un mínimo de 4 puntos de media entre las asignaturas de las que te examines, para poder aprobar, y estas harán media con tu expediente de bachillerato (siendo, si mal no recuerdo 60% la nota del expediente y 40% la nota de la selectividad). La media de fracasos es relativamente baja, a penas un 5% de estudiantes no consigue superar el 4 de media en junio. Aunque no todos los aprobados consiguen entrar en la carrera que desean, pues no llegan a la nota de corte necesaria para cursarla, algunos incluso por un par de décimas. Pero esto no es todo, pues por lo general, los alumnos que se presentan con 6 o más asignaturas, suelen obtener mejor calificación en aquellas que son voluntarias y sirven para subir nota. Y aquí es donde quería yo llegar.
Llamadme loco, o lo que queráis, pero no veo muy lógico que alguien que quiera entrar en derecho, tenga que examinarse obligatoriamente de matemáticas, al igual que alguien que vaya a estudiar medicina tenga que examinarse de literatura. La mayoría diréis que son obligatorias porque son importantes, pero por ejemplo, si yo voy a estudiar una carrera de administración y dirección de empresas, ¿no debería darle más importancia a la economía? Tampoco es que yo sepa mucho de educación, solo llevo 16 años aprendiendo de ella, pero en mi opinión, sería más lógico poner un mínimo de 4 asignaturas obligatorias, a elección del alumno, para examinarse. Y luego ya si quieres, elegir otras dos, tres y/o cuatro, para subir nota. Luego ya, en la carrera que hagas, te exigirán conocimientos de un tipo de asignaturas u otras, pero al menos podrías obtener mejor nota en la prueba demostrando tus habilidades en aquellas materias que dominas.
Y ya está. Tanto si os ha gustado mi humilde opinión, como si tenéis alguna pega o algo que añadir, podéis reflejarlo en los comentarios o a través de mis redes sociales. Un saludo.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Cultura lingüística española

Buenos días queridos lectores. Hoy hablaremos sobre un tema que está a la orden del día. Mucha gente que exagera, por decirlo de algún modo, lo que es el patriotismo, cree que en España solo puede haber un idioma oficial, el español. Pues bien, hoy voy a hablar de cultura lingüística de mi país.
Pese a que el castellano es el idioma oficial de España, existen varios idiomas cooficiales en nuestro país, como el catalán, valenciano, euskera y gallego. También hay idiomas no oficiales como el asturleonés o el aragonés. Y otros idiomas o dialectos dentro de la península que derivan de los idiomas ya mencionados. Como la mayoría de nosotros sabe, estos idiomas tienen siglos de historia, y el más antiguo es el euskera, pues se desconoce su origen. Pues bien, a pesar de todo esto, hay mucha gente que quieren que en España se hable única y exclusivamente el castellano. Dicen que los vascos que hablan euskera, los catalanes que hablan catalán, los valencianos que hablan valenciano y los gallegos que hablan gallego, lo único que quieren es independizarse y separar lo que ellos llaman "la unidad de España". Creen que erradicando estos idiomas, se forjará una nación más unida. ¿Mi opinión? se podría resumir en dos palabras: fascismo cultural. Si es verdad que una parte del País Vasco y una parte de Cataluña quieren ser reconocidos como país independiente, pero obviamente eso no significa que automáticamente todos los ciudadanos de esas comunidades autónomas quieran hacerlo. El caso es, que estos idiomas son cultura de nuestro país, y podría escribir un libro entero sobre ello, pero la mayoría de la gente que lea esto lo sabrá. Ahora viene mi reflexión. Cada día veo más gente por las redes sociales que ama su patria y la unidad de su país, pero me parecen de lo más hipócritas respecto a lo que acabo de escribir. Ellos quieren una España unida, y les falta tiempo para intentar separarla. Sé que no todos son así, no voy a ser yo quien caiga en el saco de la generalización, pero sí mucha gente de ese tipo se ha quejado varias veces de que haya gente en diferentes puntos de España con otro idioma propio distinto del castellano. Y yo creo que todo esto habría que mirarlo desde otra perspectiva, explotar el recurso. Es decir, hacer ver al resto de países que somos un país muy rico en cultura lingüística. Porque de eso se trata, y así se une más una nación, aceptando sus diferencias en vez de intentar separarlas, o cambiarlas. Porque, por experiencia digo, que el hecho de haber múltiples lenguas en un mismo país, no quiere decir que la gente no se sienta identificada con su país. La mayoría de estas lenguas aparecieron antes de que España se forjara como tal, como una sola nación. Así que, dejad vuestras diferencias a un lado, y pensad un poco más en el bien común. Yo creo que ese es el objetivo de un país unido.
Espero que os haya gustado, y que, si estáis o no de acuerdo, me lo hagáis saber respetuosamente a través de un comentario en el blog, o en mis redes sociales. Un saludo.

miércoles, 18 de enero de 2017

Transexualidad

Buenos días queridos lectores. Hoy vamos a hablar de un tema interesante. Como algunos sabréis, se ha lanzado una campaña para concienciar a la gente sobre la transexualidad en menores, y lamentablemente hay mucha gente en contra de ello, la mayoría porque no lo entienden. Pues bien, como yo no soy transexual, he preguntado a algunas cosas sobre ello a alguien que sí lo es.

1. ¿Qué es la transexualidad?
"La transexualidad o el ser transgénero, que es un término mucho más correcto ya que transexualidad se utiliza como trastorno, consiste en identificarte con un género distinto al que te han asignado al nacer en base a tus genitales. Es decir, si yo he nacido con pene y me siento mujer, soy trans, por ejemplo."

2. ¿Tiene la transexualidad algo que ver con la homosexualidad?
"Absolutamente nada. La única unión que hay entre ambas cosas es que están mal vistas socialmente."

3. ¿Qué diferencias hay entre transexualidad y travestimo? 
"Pues aquí tenemos que hacer distinción en el travestismo por fetiche o el travestismo consistente en que te gusta ropa que tradicionalmente es propia de otro género. En cualquier caso el ser transgénero es algo ligado a tu identidad y a como te sientes, mientras que el travestismo es simplemente la ropa que usas y no está aceptada socialmente en tu género."

4. ¿Cómo te das cuenta de que eres transexual?
"Esta es una pregunta compleja porque yo misma no sé cómo me di cuenta de ello. Simplemente te vas dando cuenta de que quieres que la sociedad te vea de otra forma, que te traten como a otro género. Ya te digo, es complejo."


5. ¿Estás conforme con las leyes de tu país en cuanto a la transexualidad?

"Pues realmente no sé cómo están las leyes en España, pero hay algo que sí está realmente mal y es que necesites un diagnóstico para poder tratarte y empezar una transición. Se ve como un trastorno y eso es algo horrible que cohíbe a mucha gente y hace que los procesos de transición sean largos y tediosos."

6. ¿Cómo concienciarías a la gente para que se den cuenta de que la transexualidad es algo normal y natural?
"Que no tiene absolutamente nada de malo, que es algo que nos enseña la sociedad como algo negativo como todo lo que se sale de la norma, pero no es así. Cualquier cosa que tambalea el control del sistema y evita que todos estemos cortados de la misma forma, nos lo venden como lo más horrible del mundo. En cualquier caso, si alguien no entiende que hay que respetar a alguien que con sus acciones no hace daño a nadie, no merece la pena hablar con esa persona."

Antes de finalizar, quiero agradecerle enormemente a la chica que ha respondido a mis preguntas, que haya querido colaborar con esta publicación que para mi ha sido muy importante, ya que es un tema que no debe ser tabú y tiene que normalizarse. Espero que os haya gustado.

jueves, 5 de enero de 2017

Las citas

Buenos días queridos lectores. Sé que la entrada estaba prevista para ayer, pero estuve de viaje y no pude publicar nada, lo siento. Pero hoy os traigo otro de mis relatos, con el que también gané un premio en mi instituto. Espero que os guste.

"Estaba listo. Cogió su mochila, como todas las tardes, y se fue a dar un paseo al campo. En la mochila llevaba lo mismo de siempre: un libro, la merienda y un cuaderno con un bolígrafo. Por el camino iba escuchando música, siempre escuchaba música.
Al llegar al cruce se paró. Siempre cogía el mismo camino, pero esta vez decidió cambiar. Cogió el camino de la derecha. A medida que avanzaba se quedaba más perplejo, una cascada adornaba el paisaje y le daba ese toque de armonía tan especial que hacía rebosar en él una inspiración asombrosa para poder seguir escribiendo su libro. Pero justo antes de sentarse en una pequeña roca cercana al río, divisó a escasos metros una casa que pasaba desapercibida, pues se hallaba construida en medio de dos gigantescas rocas. Le pareció tan magnífica que no pudo resistir la tentación de acercarse. Llamó a la puerta y un hombre ya mayor le abrió. El señor, al ver al muchacho con ese rostro jovial tan parecido al suyo años atrás, le invitó a pasar.
Mantuvieron una breve charla en la que el muchacho confesó que tenía una auténtica pasión por la lectura. Entonces, el hombre le hizo una pregunta al joven. "¿Por qué crees que mi casa está situada entre dos enormes rocas?" El chico, que era bastante inteligente, le respondió: "Las cosas tienen más grandeza de la que nuestra perspectiva puede captar. Probablemente quiere que su casa parezca pequeña desde fuera, pero en realidad la casa abarca más terreno del que parece, y seguramente sea porque guarda usted algún tipo de tesoro o algo tan valioso para usted que no podría guardar en una casa común." El hombre se quedó sin habla. El joven acababa de dar en el clavo. Le pidió al muchacho que lo acompañara. Llegaron a una salita pequeña, donde había una estantería con unos pocos de libros. El hombre le pidió al muchacho que cogiera uno de ellos.
El chico, al cogerlo, se asustó, pues la estantería se abrió como si fuese una puerta, que daba lugar a una sala mucho más grande. Al entrar, se quedó boquiabierto, la sala era enorme, y albergaba montones de estanterías llenas de todo tipo de libros. El hombre le dijo al muchacho que se podría llevar el libro que quisiera, pero no se lo daría así como así, debería responder correctamente tres preguntas. Debería adivinar el libro o el autor de tres citas. Al muchacho le pareció fácil, puesto que era un adolescente que conocía mucho a cerca de la literatura. La primera cita era No hay libro tan malo que no tenga algo bueno. El muchacho la adivinó al instante, la cita era del famoso libro Don Quijote de la Mancha. La segunda cita era El problema con el mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que la gente estúpida está llena de confianza. Este le costó más, pero al final acertó, era una cita del escritor Charles Bukowski.
La última cita era la siguiente, Los libros podrían cambiarlo todo, por eso existen los ignorantes, para evitar que eso suceda. El chico quedó perplejo, sabía que esa frase le sonaba, pero no sabía de qué. Justo antes de adivinarlo, todo se volvió oscuro. El chico despertó.
Todo había sido un sueño, o quizá no todo, pues cuando se levantó y abrió el cuaderno en el que estaba escribiendo su libro, lo supo. Aquella cita, era suya."